4.05.2006

Mis Hogares

Yo creo que al fondo de casi todas nuestras razones y pensamientos encontramos el hogar. Nací en DeSoto, Missouri, y siempre voy a recordarla como "home." Pero he vivido en muchos lugares y entiendo que la distancia al hogar es una cosa muy pequeña.

Abajo hay dos poemas que escribí por la clase de Poesía. El primer es de Santiago de Chile, el segundo de DeSoto.

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Dos venas desgarran la ciudad
fluye la sangre de pavimento y agua
El Mapocho – casi seco
La Alameda – casi llena
El vidrio brillante de los edificios no refleja la verdad.

Pesa: el esmog oculta las sierras
atrapa el calor
sofoca la Vega abotagada
acuesta los perros fracasados
barniza la frente
cambia Los Leones del rugido al bostezo
Sólo los amarillos toros siguen corriendo.

El éxodo veranea
Las venas esperan la vuelta
Como ya sabe la repuesta
Cuando llama al niño la mamá.

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¿Qué será DeSoto?
Es la Calle Principal donde comienza el verano con la parada de béisbol. Equipos sentados en camiones adornados en colores: Los Colts – Amarillo; Los Cardenales – Rojo; Los Rangers – Verde; Los Vikingos – Morado. Jóvenes tirando dulces a sus parientes al lado del camino.
Es demasiadas iglesias: 1 católica y más de 100 protestantes. Es una aguja por cada cerrito.
Es el Parque Joachim en el que los columpios se han cambiado por 8 canchas de fútbol; el festival de otoño con la carrera de los patitos en el riachuelo Joachim, donde se pasan tantos días del verano con la caña de pescar sentado en la cima del antiguo puente roto.
Es donde 5,000 ciudadanos conocen qué pasa por todos lados. El mundo chico en que no hay secretos, bastantes rumores, pero no queda nada desconocido.
Es el único semáforo en el cruce de las autopistas H y 21. H, que continua al campo. 21, “La Callejuela Muerta,” donde cada persona ha perdido una amistad, un hermano, un pariente, o un compañero de la escuela.
Es la fábrica de trenes en que la mitad del pueblo trabaja. Se pintan, se arreglan, se construyen los coches del ferrocarril Unión del Pacifico. Se entran los malos; se sacan los buenos.
Es el miedo del otro lado de los carriles, donde aparecen los pocos negros y los pocos pobres, la realidad que el pueblo de DeSoto tiene problemas profundos como cualquier ciudad en Missouri.
Es “La Tormenta” de 2003 cuando el bosque se cambió por siempre, después de que se arreglaron cada techo que no podía resistir los vientos de cientos de kilómetros.
Es los campos rurales en los límites en que se yacen las familias, entre los granos y olores de caballos y vacas, buscando las estrellas fugaces.
Es cientos de amigos en la cancha principal de DeSoto High viendo los fuegos artificiales de 4 de julio. La cancha en que atacan los jugadores de fútbol americano con manos frías después de la primera nevada del invierno, riendo a través de los balones volando por las cabezas.
Es despertando bien temprano sólo para ver en Canal 5, NBC, si las escuelas se han cancelado por la nieve.
Es “El Foso” en que los Dragones siempre triunfan con una facilidad que da susto a cada uno de los enemigos que entra, las guerras del colegio de las que se habla por años.
Es ninguna cortina ni cerca ni cerradura. Es confianza en el vecino y la gente.
Esto es lo que será DeSoto…mi hogar.