4.12.2006

Amigo Mío en el Espejo

La paternidad y los espejos son abominables porque multiplican el número de los hombres. - Jorge Luís Borges

¡Cuidado! Nos podemos convertir en lo que aparentamos ser. – Kurt Vonnegut



Aunque alguna gente no va a entender el primer poema, quisiera presentar algo de mi amigo Ethan. El escribió este poema, basada en una foto que puse en mi otro blog, Crazy Toilets, por una clase.

Ningún hombre - y ninguna mujer- se ve en un espejo tal como es. – Colleen McCullough

"My friend in the mirror"
to Kit Doyle in Chile

Low, in the corner of a mirror, I smile
Inward and grimace back at myself,
Self taught.
Forget about the hands of my friends,
Creases from handshakes and climbing coniferous columns.
I part my mouth and shave my eyes.
I live twin lives:
On some days the light is forefront,
Full reflection, everyone can see my face.
This far from home, it's all Sundays.
I wake and sleep and close my eyes
To the chairs and beds and floors
I knew with them
When the night turns digital clogs into hazy analog.
This hard room of charcoal walls and petrified floors
Chooses my affect.
If it was clear enough, if the steam
Emanating between my teeth
Ceased long enough for true focus
Then I should be happy they read my eyes
Back home.
I'm not the one taking this picture.

-Ethan Oliver Brown

Todos ven lo que aparentas; pocos advierten lo que eres. – Nicolo Maquiavelo

Como el espejo es uno de los temas borgianos principales, a mi me gusta que Ethan basó el poema en un espejo. Hay muchas teorías del mundos adentro de espejos y cómo afectan el mundo exterior, pero a mi no me importan las ideas...al menos no me preocupo en esas. Prefiero pensar en la belleza que se produce por un espejo en literatura.

Abajo, Jorge Luís Borges, uno de los escritores latinoamericanos más importantes del último siglo, ofrece otro poema del tema.

"Los espejos"

Yo que sentí el horror de los espejos
no sólo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos

sino ante el agua especular que imita
el otro azul en su profundo cielo
que a veces raya el ilusorio vuelo
del ave inversa o que un temblor agita

y ante la superficie silenciosa
del ébano sutil cuya tersura
repite como un sueño la blancura
de un vago mármol o una vaga rosa,

hoy, al cabo de tantos y perplejos
años de errar bajo la varia luna,
me pregunto qué azar de la fortuna
hizo que yo temiera los espejos.

Espejos de metal, enmascarado
espejo de caoba que en la bruma
de su rojo crepúsculo disfuma
ese rostro que mira y es mirado,

infinitos los veo, elementales
ejecutores de un antiguo pacto,
multiplicar el mundo como el acto
generativo, insomnes y fatales.

Prolongan este vano mundo incierto
en su vertiginosa telaraña;
a veces en la tarde los empaña
el hálito de un hombre que no ha muerto.

Nos acecha el cristal. Si entre las cuatro
paredes de la alcoba hay un espejo,
ya no estoy solo. Hay otro. Hay el reflejo
que arma en el alba un sigiloso teatro.

Todo acontece y nada se recuerda
en esos gabinetes cristalinos
donde, como fantásticos rabinos,
leemos los libros de derecha a izquierda.

Claudio, rey de una tarde, rey soñado,
no sintió que era un sueño hasta aquel día
en que un actor mimó su felonía
con arte silencioso, en un tablado.

Que haya sueños es raro, que haya espejos,
que el usual y gastado repertorio
de cada día incluya el ilusorio
orbe profundo que urden los reflejos.

Dios (he dado en pensar) pone un empeño
en toda esa inasible arquitectura
que edifica la luz con la tersura
del cristal y la sombra con el sueño.

Dios ha creado las noches que se arman
de sueños y las formas del espejo
para que el hombre sienta que es reflejo
y vanidad. Por eso nos alarman.


La apariencia es una injusticia. – Stendhal

Como a uno lo ven, así lo tratan. – Anónimo

Los espejos deberían pensárselo dos veces antes de devolver una imagen. - Jean Cocteau